lunes, 24 de marzo de 2008

Redimido Para lo humano

a una dama desconicida
Finkenwakde, enero 1936
....Me precipité al trabajo de una forma nada cristiana ni humilde. Un alocado amor propio, que muchos me han notado, me hacía la vida difícil y me privó del amor y confianza de quienes me rodeaban. En aquella época estaba tremendamente solo abandonado a mí mismo. Fue una cosa mala.
.... Entonces vino algo distinto., algo que ha cambiado y trastormado mi vida hasta hoy. Me acerqué por primera vez a la Biblia. Esto tampoco es fácil decir. Yo habia predicado ya muchas veces, había visto muchas cosas de la iglesia, habia hablado y predicado de ellas... y todavía no habia llegado a ser cristiano, sino señor de mi mismo de manera totalmente salvaje e indómita. Lo sé: en aquella época hice de Jesucristo una ventaja para mi mismo. para mi enorme vanidad. Ruego a Dios que nunca vuelva a suceder. Tampoco había rezado nunca, o muy poco. A pesar de todo lo abandonado que estaba, me encontraba muy satisfecho de mí mismo.
.... De todo ellos me había liberado la Biblia, y especialmente el sermón del monte. Desde entonces todo ha cambiado. Yo lo he advertido con toda claridad, e incluso otra personas de mi entorno. fue una gran Liberación.......
Esta carta de Dietrich Bonhoeffer, en el libro Redimido para lo humano. Página 95.

1 comentario:

Omar Audicio dijo...

Este texto es muy interesante, pues nos muestra cómo una persona que se dice cristiana puede llegar a instrumentalizar al propio Jesucristo, "usándolo" como mero sentido de la vida, o con el propósito de aparentar piedad.

Muy interesante selección.

Bendiciones!